Esquerra no intenta cambiar las elecciones por razones sanitarias sino por miedo a que les acusen de no haber seguido los consejos del Procicat, un aquelarre de expertos de tres al cuarto, cuyo conocimiento del funcionamiento social es más bien propio de la bruja Lola. Esquerra no le tiene miedo a la pandemia sino de que Junts per Catalunya utilice los muertos del Covid contra ellos. No les preocupa tu vida, sino su muerte. Aragonès y su consejera de Sanidad, Alba Vergés, no toman la decisión por responsabilidad, sino por cobardía, por el terror cerval que sienten ante su único enemigo, que no es España, ni el PP, ni el poder judicial, sino el partido de Puigdemont.
La decisión