La Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ha estimado el recurso presentado por el agente de la Policía Nacional de Cáceres acusado de haber matado el 2 de marzo de 2018 a un preso que se había fugado. Este agente recurrió una resolución de la Dirección General de la Policía, que concluía que la lesiones que sufrió al frenar la huida del preso no se habían producido en acto de servicio.
El tribunal estima ahora el recurso del agente, e indica textualmente en la sentencia que «el relato de los hechos demuestra que el agente, persiguiendo a un preso peligroso, no escatimó en esfuerzo alguno para detenerlo». Las heridas fueron por lo tanto en acto de servicio.
El preso fallecido era un colombiano de 24 años que tenía antecedentes policiales por tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y robo con escalo. Fue detenido el 2 de enero de 2018, en el centro de Cáceres, cuando se pensaba que estaba a punto de robar en una joyería de la avenida de España. Al aparecer la policía, él huyó al estar en busca y captura. Le pudieron detener a los pocos minutos, y recibió un golpe en una pierna con un coche policial. En la cárcel estuvo utilizando muletas, y las siguió usando cuando ya no le hacían falta. El 2 de marzo de 2018 fue llevado al Palacio de Justicia de Cáceres para prestar declaración ante un juez y se escapó corriendo, soltando las muletas.
Se montó entonces un dispositivo para encontrarle en el que participaron numerosos agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local. A las tres horas y media de su fuga le localizaron en la Ribera del Marco, frente al barrio del Espíritu Santo. Él siguió huyendo pese a los altos que le dieron los agentes y los disparos al aire. Murió como consecuencia de un balazo.
La familia del fallecido acusa a un agente de la Policía Nacional, que no reconoce habele matado. Según la versión de este agente, corroborada por testigos, él le dio el alto, el preso se encaró con él y le tiró una piedra que le hirió en una mano. El agente le alcanzó y entonces forcejearon, llegando el fugado a pisarle en el estómago. Se escapó, el policía le siguió y se cayó, disparándosele el arma, pero él no cree que la bala llegase a alcanzar al delincuente. Se levantó, siguió corriendo, y cogió al preso. Cuando llegaron más agentes para ponerle las esposas, vieron que estaba herido. Murió a los pocos minutos.
El policía tenía contusiones en tórax, cuello y hombro, y fue operado de una hernia umbilical y epigástrica, que el TSJ señala que se debió a la detención efectuada. Permaneció un mes de baja.
El Juzgado numero 2 de Cáceres está investigando la muerte del preso. Se espera que dentro de poco decida si archiva la denuncia contra el agente o tiene que ser juzgado.