Hace tiempo que Conor McGregor dejó de ser un luchador de artes marciales mixtas (MMA) para convertirse en un fenómeno de masas. Su historia, la de un fontanero que vivía de las ayudas del Estado y acaba en la lista «Forbes», y su carisma, por algo se apoda «The Notorious», alentó un personaje que acabó siendo engullido por él mismo. Pero su vuelta, sin duda, es sinónimo de espectáculo. Y de disfrute para los amantes de la lucha, más ahora que parece haber dejado atrás sus malos modos y se ha presentado a su regreso al octógono de la UFC como un padre de familia modélico. Este sábado, la superestrella irlandesa volverá a subirse a la jaula