Quien aspirara aún a poder viajar en las próximas vacaciones puede irse olvidando. «El que esté pensando en Semana Santa mejor que piense en el verano», ha dicho el lehendakari durante su comparecencia posterior al LABI después de advertir que Euskadi no está «ni cerca» de recuperar una cierta normalidad. Aunque las restricciones serán revisadas nuevamente dentro de veinte días, a las puertas de las jornadas festivas, el Gobierno vasco no se plantea relajación alguna para entonces. «Estamos intentando salvar vidas y no una semana», ha dicho Urkullu. En su mente, ha reconocido, están muy presentes ya las «lecciones aprendidas» en verano y Navidad, cuando la desescalada acarreó un virulento auge de contagios.
El lehendakari también ha reconocido que el decreto que permitirá la movilidad por toda la comunidad no entrará en vigor hasta el martes para evitar que el 8-M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, haya una «movilidad excesiva» y manifestaciones y «agrupaciones» de personas sin guardar las medidas de seguridad. Urkullu ha cifrado en 118 las concentraciones que ya han sido notificadas a la Ertzaintza y ha apelado a la prudencia y a que las reivindicaciones se lleven a cabo dentro de cada municipio. Eso sí, ni se ha planteado prohibir las marchas como ha hecho la Comunidad de Madrid. «Es un derecho fundamental», ha recalcado.
Urkullu ha defendido la labor de su Gobierno durante el año de pandemia pese a reconocer que se ha actuado por «ensayo error». «No había otro modo ante una situación desconocida, inimaginable», ha dicho.