El Gobierno Vasco empeora sus previsiones de crecimiento para la economía de Euskadi en este 2021, de nuevo marcado por la pandemia de Covid. Así lo explicó hoy el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, quien detalló que el Ejecutivo maneja ahora un escenario algo más oscuro que cuando el pasado mes de septiembre dibujó sus últimas estimaciones. En concreto, el nuevo escenario macroeconómico, marcado por la tercera ola de la pandemia y un arranque de ejercicio algo más dubitativo de lo que esperaba, sitúa el retroceso del Producto Interior Bruto (PIB) en el 8,6%, frente al 8,9% con que se contaba hasta ahora. Con esa premisa, aún habrá que esperar a 2022 para regresar a los niveles de 2019, antes de que entrara en escena el coronavirus.
El escenario que ahora dibuja el gabinete de Iñigo Urkullu pasa por un ligero empeoramiento en el comportamiento de alguno de los componentes más importantes del PIB. Así, el consumo avanzará un 7,2%, dos décimas menos que en la anterior estimación; y será por el comportamiento de las familias, puesto que su gasto crecerá un 8,75 y no el 8,9% que se esperaba. Ese 'escalón' lo cubrirá el consumo de las Administraciones Públicas, que aumentará un 1,7% y no el 1,5% con que se contaba.
La inversión, por su parte, crecerá un 9,4% (un poco más de lo estimado en septiembre) mientras la demanda interna, lastrada por ese menos consumo de los ciudadanos, avanzará un 7,9% y no el 8,2% que constaba en las previsiones oficiales.
Por contra, el sector exterior mejorará su aportación una décima (un 0,8% frente al 0,7% antes calculado), a pesar de que la industria, la construcción y los servicios irán peor de lo previsto en septiembre. Tampoco habrá margen de mejora en el empleo, apartado en el que el Gobierno Vasco contaba hasta ahora con un avance interanual en 2021 del 7,9%, que ahora se queda en un 7%.