La portada de diciembre de The New Yorker abrió el debate sobre la decadencia de una generación. La ilustración mostraba a una mujer independiente, a salvo, entre otras cosas, de los hombres, que convivía con dos gatos en un apartamento minúsculo adornado por las cajas vacías de Amazon y la suciedad de una vida de interiores, como representación del contexto que vivimos. ¿En eso nos hemos convertido? "Era terrorífico leer a la gente que escribía en Twitter 'soy yo literal'", recuerda Ana Iris,
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La autora millennial de izquierdas que ha conquistado a la derecha: "Estoy súper agradecida de que me lean. Si crees que lo que digo es reaccionario, es que tu revolución es la de Facebook o Netflix"